martes, 27 de abril de 2010

digamos adiós y demos la bienvenida

Grandes son los apoyos que de los amigos recibimos, ¿pero por qué lo hacen? ¿para qué?. Algunos dicen que es amistad, que con ésta la gente se ayuda recíprocamente gratis, que con esta la gente es más feliz.
Sin embargo, otros la usan para su provecho:
¡Qué bueno es este amigo mío, que hace lo que digo y dice lo que quiero!
Por todo ello, debemos tener cuidado, pueden herirnos y llevarse consigo un trozo de nosotros mismos.
Sabiendo todo esto, tenemos que decir adiós, decir adiós a aquellas personas que no tienen importancia en nuestra vida, que con ellos y sin ellos, estamos y somos los mismos.
También, y no sólo atentando a los malos, debemos exaltar a los verdaderos amigos: los que siempre permanecen ahí, con nosotros: ayudándonos.
No importa si después de esto, nuestro círculo de amistades es pequeño; más vale círculo pequeño y fuerte, que uno grande y débil.
Ya nos hemos dado cuenta, ahora remediémoslo: digamos adiós, demos la bienvenida a otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario